El Pijo Herrera sigue siendo un niño malcriado.
Tuvo un escándalo con Crhistian Martinoli en el aeropuerto (para quienes no sepan, le pegó) que le costó al Piojo su puesto de trabajo en la selección mexicana.
Ahora, en la negociación con los directivos de Xoloitzcuintles de Tijuana, pidió en su contrato la prohibición para que Martinoli narrara los encuentros.
Es una ridiculez y seguramente no le harán caso. Además de ser una petición de niño llorón de 5 años a los fans les gusta escuchar la voz de Martinoli en sus partidos.
En lugar de llamarse Piojo Herrera le deberían decir Piojo Berrinches...
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